En las familias de varios hermanos es común ver los celos por la llegada de un nuevo integrante, los hermanos que se llevan menor diferencia de edad suelen adaptarse más fácilmente a esta nueva situación, probablemente porque pueden tener mayor cantidad de cosas en común para compartir.
En el momento de la adolescencia es un poco más complicado aceptar la llegada de un nuevo hermano, debido a que en esta etapa los cambios son más complicados de aceptar, debemos darle tiempo al hijo adolescente de asimilar la noticia y hacerle la convivencia un poco más agradable respetando su espacio y privacidad.
Muchas veces los padres asignan roles a los hijos adolescentes que no les corresponden, esto genera angustia y menor disposición a recibir al recién nacido, debemos evitar que los adolescentes se vean obligados a ejercer las funciones de los padres en cuanto al cuidado del bebé.
Un bebé para un hermano adolescente
Así mismo es necesario que cada integrante de la familia tenga una serie de deberes para repartir la responsabilidades de la casa, pero el cuidado de un nuevo miembro de la familia por parte del hijo adolescente debe ser un gesto voluntario y libre de imposiciones, motivado por el deseo de estrechar lazos.
En el caso de presentarse celos por parte del hermano adolescente es necesario reafirmarle su importancia dentro del núcleo familiar realizando actividades exclusivas con cada hijo, mostrándole que seguirá teniendo el mismo estilo de vida y que los cuidados del bebé son obligación de los padres.
El tema de compartir la habitación entre hermanos es una posibilidad en la infancia, pero en la adolescencia es necesario darle espacio y privacidad a los hijos, independientemente de su género y carácter, por lo que el recién nacido debe tener también su propio espacio de descanso.
Si manejamos la llegada del bebé con una postura positiva, el adolescente se sentirá interesado en participar sin presiones.